sábado, 6 de junio de 2009

La Terapia Cognitiva

Aaron T. Beck

Creador de la Terapia Cognitiva







La Terapia Cognitiva es un abordaje psicoterapéutico creado por Aaron T. Beck, en la década de 1960, en Estados Unidos.

Este modelo terapéutico se basa en el principio de que las conductas, los pensamientos y las emociones de una persona están íntimamente relacionados. Principalmente, que nuestros pensamientos (las cogniciones) van a influir directamente en las emociones que vamos a experimentar en distintos momentos de nuestra vida.


Entonces, lo que pensamos repercutirá de una forma directamente proporcional sobre cómo nos vamos a sentir, o sea, la emoción que experimentaremos en ese momento. Por último, de acuerdo a los pensamientos y las emociones que experimentemos, vamos a realizar conductas que sean coincidentes con éstos.

Para que sea más claro, presentamos una situación que describirá cómo se conectan estos tres planos:

“En la calle, un hombre se aproxima caminando y cuando pasa al lado nuestro, nos lleva por delante. Ante esto, sigue caminando como si nada hubiera pasado y sin pedir disculpas por lo ocurrido.”

Ante esta situación, hay varias maneras en que podemos reaccionar. ¿Qué hubieras hecho tú en esta situación? Veamos algunas posibilidades y luego intenta identificarte con alguna de ellas:

1) Podemos pensar: "¡Que maleducado este hombre!, ni siquiera pidió perdón"

2) Podemos pensar: "Soy tan insignificante que las personas ya ni se percatan de mi existencia. Nada bueno va a pasarme en mi vida"

3) O podemos pensar: "¿Qué le estará pasando a este hombre para que no se dé cuenta que me acaba de llevar por delante? ¡Pobre!, debe estar muy abrumado"

Imaginemos cómo nos sentiríamos, o sea, qué emoción tendríamos para cada uno de estos pensamientos. ¿Enojo, Irritación? ¿Angustia, desesperanza? ¿Compasión, Entendimiento? Sería normal que, para el primer pensamiento, se desprenda enojo, para el segundo, angustia, y para el tercero, tengamos un sentimiento de comprensión y empatía hacia el otro.


¿Podría ser que estemos equivocados? ¿Es posible que se conecten de otra manera?


Por ejemplo, ¿se podría en base al primer pensamiento, sentir “compasión”? Suena raro, ¿verdad? Esto es porque los pensamientos siguen una forma de producción en la que expresamos nuestras creencias más básicas sobre las cosas que nos rodean, y a veces formulamos estos pensamientos de forma que “moldean” nuestros estados de ánimo.


Tomando estos ejemplos, vemos entonces que efectivamente, la forma en la que pensamos, influye en nuestras emociones y en nuestras conductas, y por consiguiente, en nuestra forma de encarar el mundo y la vida.

A veces, tenemos pensamientos más adaptativos y racionales, pensamientos que nos ayudan a superarnos día a día y que no permiten que la adversidad nos debilite. Por otro lado, hay pensamientos menos racionales, o distorsionados, más desadaptativos, y que son dañinos para nuestra persona y para los demás. Cuestionar la veracidad de estos pensamientos distorsionados negativos va a ser el objetivo principal de nuestro trabajo en la Terapia Cognitiva.


Haciendo esto podemos llegar a descubrir algunas cosas interesantes y generar pequeños cambios que pueden ayudar y mejorar la vida de una persona.


La Terapia Cognitiva es el método psicoterapéutico que más ha sido investigado en los últimos 40 años, y que ha demostrado ser uno de los más eficaces para abordar problemas tan comunes como la ansiedad y la depresión.


El dispositivo es similar al de otros tipos de psicoterapia, con la característica de que el terapeuta es más activo, directivo, y propone desafiar los pensamientos del paciente que le están causando problemas en su vida, mediante diversas técnicas y herramientas terapéuticas, para generar cambios beneficiosos en el menor tiempo posible.

Por Laura Valdez
Psicóloga
Correspondencia a lvaldez@psi.uba.ar



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