viernes, 25 de septiembre de 2009

Informe de la OMS sobre Salud Mental en Argentina

Psiquiatría / El porcentaje es aún mayor en los países pobres

"El 50% no accede a los tratamientos"

Lo dijo el doctor Benedetto Saraceno, de la Organización Mundial de la Salud, al referirse a las personas con trastornos mentales



Fabiola Czubaj
LA NACION


A los ojos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las adicciones y los suicidios -de los cuales hay uno cada 40 segundos- están creciendo, mientras que el 15% de todas las enfermedades son mentales, como las demencias, el retraso grave, la esquizofrenia o la depresión.
Aun así, una de cada dos personas que necesitan recibir tratamiento, ya sea farmacológico o psicoterapéutico, no lo está recibiendo. Y esa brecha, según el director del Departamento de Salud Mendal y Toxicomanías de la OMS, exige una modernización urgente del sistema de atención.

Ya en 2007, el doctor Benedetto Saraceno publicó un trabajo en el que afirmaba que eran necesarias acciones urgentes. Ahora, en diálogo con LA NACION, en su primera visita oficial al país, opinó que esa necesidad se mantiene. "La brecha entre las personas con problemas de salud mental que reciben algún tipo de tratamiento, y las que no, es inmensa. Calculamos que en los países desarrollados y en vías de desarrollo, la mitad de las personas con enfermedades mentales no acceden a ningún tratamiento. Por lo tanto, aumentar la cobertura de la atención sigue siendo urgente", afirmó.

-¿De cuánta gente hablamos?

-De 450 millones de personas en el mundo, que padecen enfermedades tales como la depresión, la esquizofrenia, la demencia o el abuso del alcohol y sustancias ilícitas. Hablamos también de un millón de suicidios por año, que es una cantidad enorme.

-¿Varía eso según los países?

-En los países más pobres, calculamos que hasta el 75% no recibe ningún tipo de tratamiento.

Una segunda urgencia detectada por la OMS es una paradoja específica del acceso a la atención y al tratamiento, que no existiría en los males físicos. "Cuando una persona ingresa al sistema de salud mental, ¿estamos seguros de que está bien tratada? ¿O esa persona queda expuesta a violaciones de los derechos humanos y a una bajísima calidad del tratamiento? No sólo exigimos más acceso, sino también que sea a algo de calidad", aclaró.

-¿Qué se entiende por un servicio de calidad?

-La pregunta es cuál es el sistema de salud mental que un país moderno debería darse para darle una respuesta apropiada a su población.

-¿Y cuál sería?

-A partir de un centro comunitario, donde un equipo de psiquiatras, psicólogos, enfermeros, trabajadores sociales y terapistas ocupacionales especializados brindan los tratamientos y las terapias necesarios, hacen visitas domiciliarias u organizan una casa de medio camino o una cooperativa de trabajo protegido. El centro es un mediador entre el miedo, el rechazo y el estigma social, y la reinserción de la persona en su comunidad. Y si un paciente se enferma gravemente, se lo deriva a una cama en la sala psiquiátrica de un hospital general. Los trastornos leves, como la depresión transitoria, la ansiedad o el insomnio, se manejan en la atención primaria. Los centros pueden asistir u orientar a esos colegas.

-¿Existe en algún lugar?

-En regiones más que en países: en Santos, Río Grande del Sur o algunas zonas de San Pablo, en Brasil; en el norte de Chile; en Andalucía o Asturias, en España, o en algunas partes de Italia. No se trata de un sueño o un delirio, sino de una tendencia de los últimos 20 o 30 años y que es una indicación que la OMS les recomienda seguir a los países.

-¿Por qué se la salud mental recibe tan poca atención?

-No habría que echarles la culpa sólo a los gobiernos. Por un lado, muchos países les dan prioridad a enfermedades con alta mortalidad, como la diarrea infantil, la malaria, la polio o el sida. Son emergencias en la salud pública por la mortalidad que producen. Pero hay enfermedades cuya importancia se mide por la discapacidad que producen. Pero si calculamos los suicidios, los accidentes de tránsito por el alcohol, los homicidios asociados con las adicciones, la muerte precoz de personas vulenerables por retraso mental grave o por esquizofrenia, en realidad, la mortalidad también tiene un papel importante.

-Entonces, sí hay responsabilidad oficial...

-Claro que tiene que ver con políticas de Estado, pero también hay responsabilidad de los profesionales. Muchas veces no se avanza hacia una psiquiatría más moderna por la resistencia de los mismos profesionales de la salud mental, que a veces son los más conservadores a la hora de mantener los antiguos hospitales psiquiátricos y el manejo de los problemas mentales. Además, el estigma asociado a la enfermedad mental hace también que la misma población no facilite la tarea.

-¿Cuánto invierte América latina en salud mental?

-Sabemos que, en promedio, los países de más recursos gastan el 7% del presupuesto de salud. En el otro extremo, calculamos que es de entre el 0,5 y el 1 por ciento. Es decir que cuanto más pobre es un país, menos invierte en salud mental. Pero si la carga de las enfermedades atribuible a los trastornos mentales es del 15%, ¿cómo es que sólo se usa el 1% del presupuesto? Evidentemente, la cuenta, así, no da...

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Deje de Fumar


DEJE DE FUMAR


La nicotina es un poderoso estimulante que constriñe los vasos sanguíneos y esfuerza más al corazón. A pesar de que los fumadores piensan que el cigarrillo “les calma los nervios”, las investigaciones han demostrado que los fumadores son más ansiosos y duermen menos que los no-fumadores.

Dejar de fumar no sólo reduce los ataques de pánico y niveles de ansiedad sino que también mejora la salud y la vitalidad.

Aquí hay algunos consejos:

1. Pregúntese: “¿Qué está haciendo este hábito por mí?” (Es obvio que está haciendo algo sino, no lo mantendría)

2. Pregúntese: “¿Cuanto me está costando este hábito?”

3. Decida cómo podría conseguir esas cosas sin usar tanta energía negativa.

4. Escriba en un papel su plan, describiendo qué es lo que hará para dejar este hábito (Únase a un grupo o busque un compañero como soporte)

5. Coma más frutas, vegetales y cereales. Coma media uva luego de las comidas para reducir el impulso de fumar y luego cepíllese los dientes.

6. Evite el café, que aumentan la necesidad de fumar, y también el alcohol, que debilita su fuerza de voluntad.

7. Beba 8 vasos de agua por día y evite bebidas azucaradas (gaseosas, jugos y leche) que además pueden aumentar de peso.

8. Debe deshacerse de todos los cigarrillos y ceniceros de su casa, auto y oficina.

9. Pida ayuda a sus familiares, amigos y compañeros de trabajo.

10. Busque áreas libres de humo y evite la compañía de fumadores.

11. Respire profundamente y espere 5 minutos reloj cada vez que sienta la necesidad de fumar. El segundo mes espere 10 minutos, el tercer mes, espere 15 minutos.

12. Manténgase ocupado. Sostenga cualquier cosa menos un cigarrillo (una lapicera, palillo, o rama de canela) Comience un hobby en donde use sus manos (tejer, crochet, pintura, tocar un instrumento, escribir) Corte un trocito de verdura crocante y coma, o mastique chicle, cuando tenga el impulso de fumar.

13. Prémiese a menudo, cómprese a usted mismo regalos con los ahorros que guardó por dejar de comprar cigarrillos.

14. Establezca una fecha para dejar de fumar (por escrito) y respétela. Abandonar de un día para el otro es mejor y está asociado con un menor síndrome de abstinencia. Los síntomas físicos adictivos a la nicotina sólo duran 48hs. Usted Puede hacerlo!

15. Aprenda técnicas de relajación.

16. Realice al menos una actividad placentera al día.

17. Recuérdese diariamente los beneficios de dejar de fumar: su salud mejorará, la comida sabrá mejor y su sentido del olfato mejorará. Ahorrará dinero y se sentirá más a gusto consigo mismo. Su casa y auto olerán mejor. Dejará de preocuparse con respecto al abandono del hábito. Le dará un buen ejemplo a los demás, sobre todo a sus hijos, y hará un bien al medio ambiente al dejar de exponer a los demás al humo. Libre de esta adicción, se sentirá mejor físicamente y podrá disfrutar de los deportes.

18. Comience una rutina de ejercicios y sígala.

19. Reduzca su exposición al humo: si alguien en su casa fuma, lo está poniendo en riesgo de osteoporosis. Intente convencerlo de dejar de fumar. Si no puede, dígale que lo haga afuera de la casa donde usted no pueda verlo ni olerlo.



Adaptado de “Living well with anxiety”
Carolyn Chambers Clark, ARNPD, EDD
Harper Collins E-books

Lic. Laura Valdez
Psicóloga U.B.A.