miércoles, 17 de marzo de 2010

El Perfeccionismo: cuando nada es suficiente




A todos en la vida nos llegan buenos momentos: un ascenso, un aumento de salario, o recibir una distinción en su carrera, o recibirse, comprometerse, casarse, tener hijos, etc. Este tipo de noticias, generalmente repercuten de manera positiva para la mayoría de las personas que son protagonistas, quienes se sienten inundadas de alegría y complacencia con ellas mismas. Pero a veces, escuchamos comentarios del tipo: "Si, pero faltó....(tal cosa)" o "Podría hacer salido mejor". Son las personas que nunca están conformes con cosas buenas que le pasan o con sus propios logros, son personas extremadamente "perfeccionistas".


A menudo se ha hablado que el perfeccionismo es una característica positiva: es útil para propulsarnos a lograr mejores cosas, conseguir el mejor resultado en lo que hacemos, pero frecuentemente observamos en la clínica que el perfeccionismo no sólo sirve para estos resultados sino que paradójicamente puede obstaculizar el desarrollo personal de los individuos.


¿Cómo? Bueno, cuando nos obsesionamos por terminar a la perfección un trabajo o queremos encontrar la mejor pareja (la mejor vestida, la más atractiva físicamente o la más inteligente) y nunca nada es suficientemente bueno como "debería ser", estamos frente a un problema.


Por lo general, se acepta que el extremo perfeccionismo se asienta en personas con inseguridad y bajo autoconcepto, y esto los lleva a realizar rituales de comprobación constantes, debido al temor al fracaso. No aceptan un mínimo error en lo que hacen bajo ningún concepto, por lo que gastan una cantidad considerable de tiempo controlando que todo se lleve a cabo a la perfección.


También están las personas que no sólo son perfeccionistas consigo mismas sino también con los demás, y esto puede ocasionar tensiones, malas relaciones laborales e incluso rupturas románticas, por la incapacidad de tolerar el error ajeno.


Un tratamiento psicológico basado en la aceptación de la incertidumbre, de las diferencias, con énfasis en la autoeficacia y la autoestima, puede mejorar la condición de muchas personas y enseñarles a disfrutar más y exigirse menos.


Lic. Laura Valdez
lvaldez@psi.uba.ar

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